La vida del Imâm Muhammad at-Taqî (p), el noveno de los inmaculados imâmes

 

INTRODUCCIÓN

Sin duda la historia más asombrosa entre todas las historias de la creación, es la historia del califato del hombre sobre la Tierra, y si observamos cuidadosamente este fenómeno, podemos percibir esta especialidad propia del hombre, o sea, ser el “califa de Dios”, que es un gran favor otorgado a él sobre las demás creaciones.

La cadena de los Profetas y sus sucesores -desde Adán hasta Muhammad (BP) el último Profeta, y desde éste hasta el Imâm Al-Mahdî el Esperado (P)-, en la historia de la religiosidad y espiritualidad del hombre se asemejan a grandes montañas que poseían minas de sabiduría, conocimiento y supremacía, y eran los intermediarios entre Dios Todopoderoso y los seres humanos, así como los guardianes del depósito divino sobre la Tierra.

Estas grandes montañas cargadas de espiritualidad, fueron las mejores creaciones, los siervos más cercanos y guías de los demás; y la vida de cada uno de ellos en su época, la necesidad de la ciencia oculta, el habla y actuación divina de éstos, muestran que no eran seres comunes y realizaban actos maravillosos; Noé(P) vivió y fue profeta durante cerca de mil años y finalmente Dios Todopoderoso envió un diluvio aterrador para sus enemigos; de los Cielos descendieron castigos para los opositores de Hûd (P) y Sâlih (P); Abraham “el amigo de Dios (P)” entró (por amor a Dios) al fuego al igual que una mariposa enamorada se dirige a la luz, y por orden de Dios las llamas se convirtieron en un jardín de flores; Moisés (P) con el permiso de Dios convirtió su báculo ante el Faraón y su corte en una serpiente salvaje; Salomón (P) daba ordenes al viento y hablaba con las aves; Jesús (P) revivía a los muertos y el gran Mensajero del Islam (BP) trajo consigo diversos milagros: con su nacimiento fueron destruidos los ídolos, se derrumbaron catorce almenas de la muralla del palacio de “Anûshîrawân” (el sasánida Cosroes I el Grande que reinó entre 531-579 d.C), y se apagó el templo de fuego de los persas después de haber ardido durante mil años. Y con su profecía el mundo cambió, iniciando la humanidad una nueva etapa.

Así es, el suceso más maravilloso en la historia del Mundo, es el representante de Dios sobre la Tierra otorgada al hombre, y cada uno de sus Profetas y sucesores llevan consigo maravillas y milagros.

Un ejemplo de estas maravillas fue que tanto los Profetas como sus sucesores eran iletrados, que su sabiduría no fue adquirida de instructores humanos, sino que la obtuvieron de la misma Esencia de Dios.

Esta especialidad –la no necesidad de estudiar y ser instruidos– causó que la edad en la profecía y la misión divina de los líderes celestiales, no tuviese importancia, sino que con la aprobación y el deseo de Dios Todopoderoso, era posible a cualquier edad ser elegido y enviado por parte de Dios para ser profeta o líder y para guiar a la humanidad, tal y como podemos observar: algunos a la edad media, otros a la adulta y otros cuando eran jóvenes, e inclusive cuando eran aún infantes llegaron a ocupar la alta jerarquía de “representante de Dios sobre la Tierra”, que la obtención de esta jerarquía es únicamente con la aprobación y el deseo de Dios, y no influyen la edad ni los años, cuando Él así lo desea.

Y sucedió tal y como lo vemos en el Corán que en forma directa y clara dice que el Profeta Juan (P) cuando era aún pequeño y Jesús (P) estando en la cuna, fueron nombrados Profetas.

﴿ يا يَحْيى خُذِ الْكِتابَ بِقُوَّةٍ وَ آتَيْناهُ الْحُكْمَ صَبِيًّا

¡Oh, Juan! Toma el Libro con fuerza, y le otorgamos sabiduría cuando era niño”. (19:11)

Y:

 ﴿ قالُوا كَيْفَ نُكَلِّمُ مَنْ كانَ فِي الْمَهْدِ صَبِيًّا، قالَ إِنِّي عَبْدُ اللَّهِ آتانِيَ الْكِتابَ وَ جَعَلَنِي نَبِيًّا

“Ellos dijeron: ¿Cómo hablaremos a uno que es un infante en la cuna? Él dijo: Yo soy, en verdad, un siervo de Al.lah, Él me ha dado el Libro y me ha hecho un profeta”. (19:28 y29)

Por lo tanto no es aceptable que algunos de los oponentes por ignorancia critiquen el que algunos de nuestros Inmaculados Imâmes por deseo de Dios fuesen elegidos y ocupasen el sitial del liderazgo cuando eran aún niños. Y con lo que hemos mencionado y lo registrado en el Generoso Corán nadie, más que los ignorantes, pueden protestar en contra del generoso Imâm Al-Ÿawâd (P) que a la edad de ocho o nueve años ocupó el puesto del imâmato.

El Imâm Abû Ÿa‘far Muhammad Ibn ‘Alî Al-Ÿawâd (P) después de que su generoso padre fue martirizado, tal y como los Imâmes anteriores habían dicho y con la designación hecha por el Imâm Ar-Ridâ (P) se hizo cargo del imâmato y califato de Dios sobre la Tierra, y como consecuencia de su corta edad, muchas veces sucedió que los enemigos y los ignorantes lo experimentaran, sin embargo, la manifestación de la ciencia divina de este gran hombre era tan evidente que en verdad debía colocarse como testigo al imâmato de este Inmaculado para confirmar la profecía de Juan y Jesús (P), y no al contrario.

Grupo de Investigadores de la Fundación: Usul Din – Qom.

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