Modelo de familia en el Islam

La relación conyugal en el Islam

(Segunda parte)

En base a diferentes libros de sabios musulmanes respecto a la familia en el Islam en especial el libro de “felices esposos “del autor: Ali Husainzadeh

Factores para crear y consolidar el pudor y la castidad en la esposa

Nuestra religión nos enseña algunos métodos para consolidar el pudor en la esposa, entre ellos:

  1. Embellecimiento: el aseo y el embellecimiento del esposo es uno de los factores que ayuda a que se plasme la castidad de la esposa.

Dijo Hasan Ibn Yahn: “Encontré al Imam Kazim (la paz sea con él) y le dije: ‘Que mi vida se sacrifique por ti. ¿Has teñido tu cabello?  Y me respondió que sí.  El embellecimiento del hombre aumenta la castidad en la mujer. Dijo: “Ciertamente que muchas mujeres pierden su castidad porque sus esposos no se cuidan”.[1]

Del mismo modo que el embellecimiento del esposo trae aparejado castidad para la esposa, si una mujer se cuida y embellece para su esposo, esto ayudará a que sea un hombre honesto y casto.

  1. Celos (en árabe: guira): es un sentimiento de disgusto por compartir los asuntos del amado con otro. Los celos del hombre ayudan a preservar la pureza y el pudor de la mujer. Un hombre que ama a su esposa no permite que ella provoque ningún tipo de placer a otros (ni siquiera el placer de contemplar su belleza o disfrutar su compañía de forma ilícita).
  2. El Islam considera esta característica un atributo divino y los hadices nos dicen que a quien no le interese los asuntos de su esposa a tal punto que le de libertad para hacer actos contrarios a su pudor, no olerá el perfume del paraíso.[2]

Es importante saber que los celos deben tener límites, tomar medidas extremas, tratar a la esposa de forma inapropiada y con desconfianza, no sólo no aumentarán su pudor, sino que lo ponen en peligro.[3]

El efecto del pudor y la castidad en la relación entre los cónyuges

  1. Fidelidad mutua

El Profeta Moisés (la paz sea con él) preguntó a Dios: “Dios mío ¿Cuál es la recompensa de quien no traiciona por respeto a Ti? Dios le respondió: ‘Su recompensa será la seguridad en el Día del Juicio Final”.[4]

Este hadiz nos demuestra que uno de los efectos del pudor es no caer en la traición.

  1. Sentimiento de necesidad mutua entre los esposos

Las limitaciones que el Islam ha puesto en cuanto a las relaciones conyugales, prepara el terreno para que el hombre mire sólo a su esposa como la única que satisface sus necesidades sexuales. Pero cuando el hombre no observa la castidad y el pudor en su relación con los que no son mahram, en realidad, está satisfaciendo parte de sus necesidades sexuales por una vía distinta.

Este fenómeno, además de disminuir su necesidad hacia su esposa, hace que haga una comparación entre las apariencias y puntos atractivos de otras y su esposa, la cual puede ser desfavorable para la esposa, en ese caso, la distancia entre los conyugues aumenta.

 Si el hombre cuida su relación con otras mujeres y las limita al ámbito laborar y/o social, al final del día, éste regresará a su hogar fervoroso y deseoso de estar con su mujer.

Asimismo, la mujer que tiene, además de sus instintos sexuales, el instinto de exhibición, debe limitarlos a la relación con su esposo. De esa forma se concentrará en atraerlo sólo a él (física y emocionalmente), lo que le asegurará la exclusividad de su afecto.

Seguir estas recomendaciones protegen el matrimonio y lo convierten en un ejemplar, por eso, el Enviado de Dios (la paz y bendición sean con él y su descendencia) considera a la mujer de más pudor y castidad, la mejor de las mujeres:

“Una mujer pudorosa es quien…se embellece para su esposo y se protege a sí misma respecto a otros”.

En la misma narración, él presenta a la peor de las mujeres:

“La peor de las mujeres es quien se embellece para otro y se muestra sin deseo para su esposo”.[5]

  1. El amor  

Otro fruto de la castidad es un amor duradero entre los esposos. El Príncipe de los creyentes (la paz sea con él) dice: “La castidad… atrae el amor”.[6]

  1. El aumento del respeto

Los esposos deben mantener un respeto mutuo en la relación a través del pudor y la castidad.

En cambio, si la castidad va desapareciendo, la traición toma su lugar y esto conlleva a la violencia en sus distintos tipos. De esta forma, esa persona no sólo es compañero de satanás, sino se vuelve el mismo satanás manteniendo su apariencia humana”.[7]

En tal situación, el desorden se apodera de la vida de la pareja, y el compromiso y la fidelidad pierden su sentido. Dios, el Creador y el más Misericordioso rechaza a la persona en ese estado, entones, ¡¿cómo lo va a soportar su cónyuge?! El hadiz dice: “Ciertamente que Dios prohíbe el paraíso a aquél que vocifera malas palabras, que tiene poco pudor y no le importa lo que le dicen, ni lo que los demás dicen de él, si te fijas bien verás que es como un cómplice de satanás”.[8]

Tal persona no cuida su honor, por lo tanto Dios tampoco lo respeta.

  1. Impedimento de la aparición de vilezas 

El pudor, por una parte, cierra el camino hacia las prácticas indebidas y por otra, no permite que los defectos de la persona se hagan evidentes.

Vemos en una narración de Ahlul Bait (la paz sea con ellos): “Quien se viste con la vestimenta del pudor, oculta sus defectos”.[9]

Este hadiz hace referencia a que el pudor eleva la reputación de la persona y muestra lo mejor de sí,  evitando que sus defectos sean evidentes a los demás.

Todos tenemos defectos, pero ello no quiere decir que debamos exponerlos ante los demás, el verdadero creyente pide a Dios que siempre  cubra sus defectos para poder ser una persona respetada.

La virtud de los timoratos

En la parte final de este tema haremos referencia a algunos bellos hadices en cuanto a la castidad.

El Imam Ali (la paz sea con él) dice: “Una de las virtudes del timorato es la castidad en el alma”. Como hemos dicho, el pudor (al ‘iffa) es un estado del alma que cuida al creyente frente al ataque de las pasiones.

Gran parte de la corrupción social de debe a la falta de castidad.

El Profeta (la paz sea con él y su descendencia) advierte a los musulmanes en cuanto a los peligros que podrían amenazarles después de su fallecimiento.

“Son tres los que yo temo después de mí para mi comunidad, la desviación luego del conocimiento, las sediciones desviadoras, y la concupiscencia del estómago y sexo”.[10]

Allamah Maylesí, luego de mencionar este hadiz, dice: “Las páginas de la historia son un vivo testimonio de la concreción de este dicho”.

Cuántas sediciones y desviaciones crearon los amantes del mundo por no escuchar la palabra del Profeta (la paz sea con él y su descendencia). Muchos cayeron en estos peligrosos posos, excepto a quienes Dios ha protegido.

La virtud de los castos

La persona casta, nunca pone en peligro su fe y devoción para llegar a lo mundanal, es por eso que el Príncipe de los creyentes, Ali (la paz sea con él) considera este esfuerzo equivalente al de los combatientes por la causa de Dios.

La recompensa de quien alcance el martirio luchando en el camino de Dios no es mayor a la de aquél que sufre en una situación de extrema necesidad y aun así es casto. Ciertamente no es algo lejano que el casto se convierta en un ángel entre los ángeles de Dios.[11]

Como el ejemplo de un joven que protege su fe frente a todas las tentaciones. O aquél que oculta su extrema necesidad económica.

La castidad aleja el fuego del infierno y nos pone a salvo del gran temor.

Dijo el Enviado de Dios (la paz sea con él y su descendencia): “Quien tiene la oportunidad de pecar, pero lo evita sólo por temor a Dios, el Grandioso y Esplendoroso, Él le dará seguridad frente al gran temor (el Día del Juicio) y cumplirá Su promesa, Bendito y Altísimo Sea.  Y quien teme de la Grandeza de Dios, tendrá dos paraísos.[12]

Sulaimán Ibn Jaled preguntó al Imam Sadiq (la paz sea con él) acerca de la siguiente aleya: “Nos ocuparemos de cada obra que realizaron y las dejaremos como polvo disperso en el aire”. (Corán, 25: 23).

La respuesta que dio el Imam fue: “Sepan, ¡por Dios!, que sus acciones son más blancas que las telas egipcias (qabati), pero cuando se les presentaba un pecado, no se abstenían”.

Esto demuestra que la castidad es más meritoria que otras adoraciones. Dice el Imam (la paz sea con él), “La adoración más meritoria es la castidad del estómago y el instinto sexual”.[13]

Y también dice: “A través de la castidad se purifican otros actos devocionales”[14]

Lo que se deduce de numerosas narraciones es que la continuidad del pudor en los miembros (ojos, boca y oídos) se convierte en el pudor del alma y espíritu.

Reproches de los ángeles hacia los pecadores

Los ángeles reprochan a un grupo de personas en el infierno, diciendo con sorpresa: “Este es el que realizaba oraciones larguísimas, ¡cuánto lloraba en sus rezos! Pero, no le sirvió de protección en absoluto. Y éste aquí, Dios al mirar en su corazón decía: ‘He hallado su oración una oración perfecta, pero si una bella mujer se le ofrecía, no resistía y, si hacía transacciones con un creyente, lo traicionaba’”.[15]

Todos derechos reservados. Se permite copiar citando la referencia.

www.islamoriente.com, Fundación Cultural Oriente


[1] Al Kafi, tomo 5, p. 567.

[2] Ibid, p. 154.

[3] Ibid, p.537.

[4] Muhammad Baqir Maylesi, Biharul anuar, Tomo 13, p. 327.

[5] Ibid, p.324.

[6] Abdul Hamid Ibn Abil Hadid, explicación de Nahyul Balagha, Tomo 20, p. 272.

[7] Al Kafi, Tomo 2, p. 292.

[8] Ibid, p. 324.

[9] Al Kafi, Tomo 8, p. 22.

[10] Biharul Anuar, Tomo 1, p. 27

[11] Sharh Ibn el Hadid, Tomo 20, p. 233

[12] Makarimul-Ajlaq fi dhikri Manhi Nabi.

[13] Gurarul Hikam, Tomo 2,

[14] Ibid, Tomo 3.

[15] Resumen de un hadiz extraído de la explicación de Mahdi Shuya’i del sermón de los timoratos de Nahyul Balagah.

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